El Acompañamiento Terapéutico del niño autista

Autora: Natalia Soledad Horvath.

E mail: natyhorvath@hotmail.com

INTRODUCCIÓN:

El propósito del presente informe es describir la riqueza de posibilidades que encierra el acompañamiento terapéutico en el caso de los niños y adolescentes autistas. El acompañamiento terapéutico no implica solamente, una actitud pasiva de “acompañar”, sino una actitud activa donde el acompañante terapéutico “hace cosas” con su paciente, casi siempre tratando de contenerlo y estimularlo a que desarrolle sus capacidades en aras de la curación o al menos de la rehabilitación.

Quisiera previamente aclarar que el término “autismo” puede designar en psicología un estado normal o un estado patológico. Desde el primero de estos puntos de vista, habitualmente se considera al autismo como una fase o etapa normal del desarrollo infantil, concretamente, la primera de ellas. Al respecto, puedo citar como representativas dos autoras: M. Mahler y F. Tustin.

Según Mahler, el bebé apenas nace ingresa en su primera fase autística normal. Aquí el neonato responde casi exclusivamente a estímulos interoceptivos, y parece no reaccionar frente a los estímulos de su entorno, como si trajese ya de nacimiento una barrera protectora contra dichos estímulos. Responde solamente a estímulos internos displacenteros, estados de tensión como hambre o sed, y sólo poco a poco puede ir saliendo de dicha fase autística normal cuando va prestando mayor atención al medio.

Por su parte Frances Tustin, ha modificado su concepto previo a lo que sostenían autores como Mahler. Para ésta, ahora el autismo es condición patológica y desviada, y no tiene nada que ver con los estadios primitivos normales.

Para esta autora la condición del autismo patológico es creado por ciertas características presentes en el niño desde su nacimiento como la hipersensibilidad , irritabilidad o la extrema pasividad. 

Siguiendo la tradición psiquiátrica de Leo Kanner, Tustin utiliza el nombre autismo infantil, para definir a aquellos niños que no han desarrollado un vínculo afectivo y social con sus progenitores. Lo cual les imposibilita cualquier tipo de aprendizaje y respuesta a estímulos de su medio ambiente.

En consecuencia estos niños viven en un nivel muy detenido de su desarrollo hasta el punto que muy a menudo no adquieren el lenguaje y apenas disponen de las aptitudes primarias indispensables para la subsistencia.

Tustin afirma que el uso de los tratamientos terapéuticos apropiados pueden remediar el autismo.      

¿Pensaste en formarte como Acompañante Terapéutico?

Uno de los problemas teóricos más importantes por sus consecuencias prácticas es la identificación clínica del autismo, ya que ello permite establecer estrategias óptimas para esta patología.

Según el criterio de la American Psychiatric Association, el autismo es una forma grave de trastorno generalizado del desarrollo que tiene su comienzo en la infancia o la niñez. Desde ya que interesa la edad en que esto ocurre: si es un neonato estamos en presencia de un autismo primario normal, pero si es un niño de 4 años debemos pensar en la posibilidad del síndrome autista.

Creemos que como acompañantes terapéuticos, debemos atender especialmente a los aspectos mentales: intelectuales, afectivos y conductuales, y más concretamente entre los 18 y los 36 meses de vida, que es el momento donde debería detectarse el autismo precoz infantil.DESARROLLO:

La etiología del trastorno autista viene determinada por causas genéticas y por causas ambientales que actuarían como factor determinante desencadenante.

Las posturas principales que invocan causales psíquicas pueden agruparse en tres escuelas. En primer lugar aquellas que están inspiradas en los trabajos de Piaget, que ven en el síndrome del autista un déficit en la génesis de las estructuras inteligentes. El niño autista es aquí concebido como un ser minusválido, discapacitado. En segundo lugar, están las posturas como la de Tustin, para quien los síntomas autistas son el resultado de estrategias defensivas fallidas, en el sentido que hacen del niño un ser incapaz de defenderse bien de las efracciones traumáticas de su medio ambiente. En tercer lugar, encontramos la tesis estructuralista de Lacan, para quien el autismo resulta de un uso defectuoso del lenguaje que impide al niño acceder al orden de lo simbólico, uso defectuoso que a su vez deriva de una anormal relación del niño con su madre y padre.

A partir de un estudio realizado en EEUU, se llegó a la conclusión de que existe una falta de relación entre el niño autista con su madre y un daño emocional en la temprana infancia. Como consecuencia de esto la relación primordial de apego no se establece entre ellos. Esta falta de relación es vivida como una separación prematura, la cual deja al niño sintiéndose solo, asustado y traumatizado, replegándose sobre su propio cuerpo.

A partir de ese momento el objetivo de los sentidos no es el deseo por la madre, ni la exploración del mundo externo, sino que la búsqueda esta dirigida a extraer vivencias de su propio cuerpo.

Según Tustin, los pacientes autistas generalmente no tienen relaciones objetales, se manejan a través de las ecuaciones simbólicas, no tienen fantasías y se manejan a través del tacto y de las sensaciones.

Todos estos factores etiológicos nos sirven como encuadre para encarar el tratamiento del autismo. Por ello nos referiremos a los tratamientos psicológicos y a los programas educativos, que son aquellos que puede abordar un acompañante terapéutico y donde actualmente pueden obtenerse progresos, ocasionalmente muy importantes, según el caso.

La mayoría de los tratamientos del síndrome autista apuntan, al menos, a lograr una comunicación normal con el chico, y que éste presente cierto nivel de autoabastecimiento, una mejora en su sociabilidad y en el desarrollo de sus habilidades naturales. 

Ayudar al niño a comunicarse es posible, y esto fue posible gracias a una técnica aplicada por Douglas Bicklen, Director de una División de Rehabilitación y Educación Especial en una Universidad de Nueva York, y originalmente creada por la educadora australiana Rosemary Crossley para el tratamiento del autismo. Se denomina “comunicación facilitada” y, aunque no es una terapia en si misma, es un importante aliado para mejorar la comunicación de chicos con estos problemas. Sobre el teclado de una computadora o por medio de tarjetas con las letras del abecedario, el chico es ayudado por sus familiares, sus maestros o sus terapeutas, que sostienen su brazo para que pueda escribir palabras o frases con las que logra comunicarse. 

En cuanto al área afectiva, la terapia cognitiva puede ser empleada para trabajar los sentimientos o ansiedades generados por la presencia de otras personas como los acompañantes terapéuticos y los mismos padres. Los acompañantes terapéuticos en estos casos deberán crear un clima de confianza con gran paciencia para que los niveles de ansiedad se puedan mantener en un nivel donde poder trabajar las otras áreas, también, éstos pueden intervenir en el proceso de socialización del niño autista enseñándoles cómo comportarse con las demás personas, dentro de las limitaciones obvias que tienen esta clase de pacientes.

Otro de los beneficios que puede aportar el acompañante terapéutico, es que aumentan las necesidades de relación y de comunicación.

Para llevar a cabo un adecuado abordaje psicoterapéutico de un niño autista, debemos tener en cuenta a manera de orientación, las siguientes pautas: favorecer entre terapeuta-niño una cualidad de relación basada en el afecto. Es importante saber escuchar, comprender su ritmo diferente de otros. Reconocer qué interacciones son gratificantes para el niño. ¿Cómo es posible mantener con él una relación lúdica? ¿Qué tipo de signos hay que usar en la relación para que ésta sea asimilada y cómo deben manejarse las variables de distancia física y emocional para que ésta sea aceptada por él mismo?.

   * Evaluar (desde las limitaciones que tiene, desde el A.T). ¿Por qué objeto se interesa? ¿Qué tipo de relación se establece con ellos? ¿Presenta gestos expresivos de interacción? ¿Busca a otra persona para que le alcance lo que le solicita? ¿Realiza alguna comunicación? ¿Utiliza símbolos? ¿Qué clase? 

   * Establecer límites para que el niño logre ir construyendo lo que se espera de él en cada caso y pueda “anticipar”. ¿Qué situaciones le provocan rabietas u otro tipo de reacción? ¿En qué oportunidades el niño facilita el acercamiento y la interacción?.

Los niños autistas son pacientes difíciles de tratar, no sólo porque están escondidos detrás de barreras autistas e impermeables sino porque cuando algún estímulo llega a penetrar en la barrera, el niño se sorprende y asusta volviéndose a meter en su cápsula.

Los terapeutas tienen que destetar al niño de su mundo bidimensional.

La comprensión por parte de éstos es uno de los factores más importantes para crear la situación de holding.

Para Tustin es importante llegar a la transferencia infantil, en donde el niño tenga que establecer la relación de dependencia con el terapeuta. Esto lleva a reducir la omnipotencia del niño, aprender a esperar y extrañar.

CONCLUSIONES:

Las frecuencias autistas están en todas las clases sociales y se advierte un aumento de los casos de autismo. Estos datos de por sí hablan de la importancia de la incidencia de esta enfermedad y, consecuentemente, de la importancia del problema tratado en este informe.

Realizar este trabajo me ha abierto la perspectiva sobre el campo de posibles técnicas e instrumentos para el tratamiento de los niños autistas, con lo cual podemos contribuir a aumentar las probabilidades de reactivación de esta patología tan severa.

Además, al ser una patología del desarrollo, las posibilidades de tratamiento eficaz aumentan mucho, ya que se manifiesta en una etapa temprana, el sistema nervioso tiene aún la suficiente plasticidad como para que haya muchas posibilidades de cambio, logrando así que el niño autista comience a hablar, se relacione con las personas entrando en el habitat de los seres humanos.

Las diversas teorías sobre la etiología del autismo no consideran que sean excluyentes entre sí, sino más bien complementarias, debido a que el autismo como patología tiene muchas facetas distintas.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA.

Tustin F., “ Autismo Infantil”. Revista Vertex. Art De Kamala Di Tella. -DSM4- Autismo.
Sin autor indicado, Sobre el autismo. Disponible en: http://www.terapia-ocupacional.com/artículos/Autismo/html