Clasificación de los psicofármacos

Autora: Stella Maris Otero

E mail: stellamarisotero@arnet.com.ar

…Se puede clasificar a los Psicofármacos por su estructura química o por su efecto clínico (siendo esto último lo que más nos importa a los fines del Acompañamiento Terapéutico)
Es posible dividirlos en cuatro grandes grupos de acuerdo a la sintomatología que pretenden aliviar:

1) Antidepresivos,
2) Antipsicóticos (principalmente en casos de esquizofrenia),
3) Ansiolíticos y
4) Estabilizantes del humor

1) Antidepresivos:
La Psiquiatría sostiene que en los trastornos denominados «depresiones» existe una disminución y/o disfunción de sustancias neurotransmisores denominadas catecolaminas (Noradrenalina, Dopamina, Serotomina). La enzima que degrada estas sustancias es la MAO (mono-amino-oxidasa)
Esta deficiencia puede medirse a nivel de la sangre y de las vías urinarias a través de análisis clínicos.
Los antidepresivos actúan aumentando la concentración de catecolaminas comenzando a ejercer su acción luego de los 15 días de su administración.
Por su efecto clínico se dividen en:
– sedativos (para aquellos pacientes que presentan síntomas de ansiedad, insomnio). Las drogas más usadas son Mianserina, Amitriptilina, Tianeptina, Escitalopran, Citalopran, Paroxetina, Mirtazapina, etc.
– intermedios (en pacientes que no padecen grandes inhibiciones). Las más utilizadas son Clomipramina, Imipramina, Sertralina, etc.
– activantes (usados en personas que sufren gran inhibición psicomotriz). Las drogas son Tranilcipromina, Fluoxetina, Venlafaxina, etc.
El Alprazolam posee un efecto de tipo antidepresivo aunque es una droga ansiolítica.

2) Antipsicóticos:
La teoría psiconeuroquímica, acerca de cómo se produce la psicosis, considera que existe una alteración en el circuito de la Dopamina (catecolamina), un aumento de los niveles de ésta debido a una falla genética que da lugar a la aparición de los fenómenos psicóticos. Los antipsicóticos actúan bloqueando los receptores para la Dopamina.
Se los denomina también tranquilizantes mayores. Estos fármacos comparten globalmente una serie de efectos: sedantes (lentifican el pensamiento, producen intensa inhibición afectiva); inhiben la agresividad y la excitación psicomotriz; son fundamentalmente antidelirantes y alucinolíticos.
Provocan acciones extrapiramidales (síntomas similares al mal de Parkinson- para esto se usa adicionalmente un antiparkinsoniano, rigidez corporal, temblor en miembros superiores, aquinesia, disquinesia, apatía, debilidad, etc.)
Producen una serie de efectos adversos: los extrapiramidales mencionados; efectos anticolinégicos (sequedad de la boca, constipación, visión borrosa, disminución de la sudoración); podrían ocasionar cuadros epilépticos por disminuir el umbral convulsivo; a nivel psicopatológico (sedación, somnolencia, reacción contraria al efecto buscado); trastornos en el sistema endócrino (amenorrea, ginecomastia);  hipotensión arterial; reacciones alérgicas; etc.
Los antipsicóticos ejercen su acción de manera pronta luego de su administración.
Se clasifican por su efecto en:
Antipsicóticos típicos:
– sedativos (Clorpromazina, Prometazina, Levomepromazina), producen un mayor efecto de sedación con acción antipsicótica más prolongada;
– incisivos (Haloperidol, Trifluoperazina), fundamentalmente antidelirantes y alucinolíticos y secundariamente producen sedación;
– de transición (Tioridazina, Clotiapina), comparte los efectos del grupo anterior pero son indicados en los cuadros en que existan trastornos en la conducta, impulsividad, agresividad;
– desinhibitorios (Pimozida), estos se usan en casos de pacientes de estructura psicótica compensados que presentan inhibición, retraimiento, tendencia a aislarse y/o no comunicarse.
Antipsicóticos atípicos:
Su uso surge de la necesidad de un tratamiento efectivo para la esquizofrenia que no presente los efectos adversos que son displacenteros y disminuyen el cumplimiento de las indicaciones médicas que signifiquen un riesgo en el uso a largo plazo (como las disquinesias tardías). Además un 30 % de las esquizofrenias no responden a los antipsicóticos clásicos o típicos, un porcentaje mucho mayor responde sólo parcialmente y los síntomas negativos (retraimiento, abulia) son particularmente resistentes a las drogas clásicas.
Entre éstos encontramos Sulpirida, Clozapina- de poco uso por su alto potencial de producir cuadros hematológicos graves de origen alérgicos, Risperidona, Olanzapina, Quetiapina, Aripiprazol, etc.

3) Ansiolíticos:
La Psiquiatría sostiene que la ansiedad es producida por una alteración en los receptores del SNC llamados gabaérgicos relacionados con un neurotransmisor denominado GABA. Es así que las Benzodiacepinas actúan sobre los mencionados receptores eliminando las alteraciones vinculadas a la ansiedad.
Su uso se encuentra enormemente extendido. Estos fármacos poseen efectos calmantes de la ansiedad y/o angustia; son miorrelajantes (se usan en medicina clínica para fuertes contracturas); anticolvulsionantes; hipnóticos y favorecedores del sueño; sedantes; se usan conjuntamente con anestésicos.
Dentro de los efectos adversos podrían causar reacciones paradojales (efectos contrarios a los buscados); palpitaciones; taquicardia; edema; diarrea; constipación; trastornos visuales; etc. Se encuentran contraindicados en casos de miastenia gravis y glaucoma.
Los ansiolíticos ejercen su acción de manera pronta luego de su administración.
Como ejemplos (Diazepam- miorrelajante, Alprazolam- ansiolítico, Lorazepam- ansiolítico y sedante, Clonazepam- antiepiléptico, Midazolam- favorecedor del sueño, Flunitrazepam- hipnótico)

4) Estabilizantes del humor:
Las drogas estabilizantes del ánimo y anticiclantes son aquellas que disminuyen la frecuencia y/o intensidad de los episodios maníacos, hipomaníacos, depresivos o mixtos en pacientes bipolares y que no incrementan la repetición o severidad de algunos de los subtipos que pueden aparecer en el curso de trastorno.
Los subtipos de trastornos bipolares son: episodio depresivo mayor con manía; episodio depresivo mayor con hipomanía; personalidad ciclotímica con síntomas depresivos e hipomaníacos frecuentes; episodio maníaco o hipomaniaco inducido por drogas o antidepresivos; episodio depresivo mayor con historia familiar de trastorno bipolar y episodio maníaco sin depresión.
Las drogas utilizadas son el Carbonato de Litio, Ácido Valproico, Carbamazepina, Oxcarbazepina, Lamotrigina, etc.
De éstos el Litio no posee acción eficaz de inicio hasta aproximadamente 15 días luego de su toma, por lo que en casos de manía aguda se utiliza conjuntamente con droga antipsicótica.

Marzo de 2005