Autores: Magali Del Bueno, Lic. Sebastián García (Ats, delegados de AATRA)
…Abstract:
Los seres humanos tenemos la capacidad de devenir resilientes y poder enfrentar circunstancias adversas y eventos negativos. De esta situación podemos hacernos más fuertes, más confiados en nuestra fortaleza, más sensibles a las adversidades del prójimo y adquirimos mayor conciencia social para promover cambios que reduzcan la inequidad y el sufrimiento. El concepto de Resiliencia y su aplicación en proyectos y programas se ha expandido de forma progresiva, como así también las disciplinas interesadas en ella congregando saberes de diversas áreas y sectores, de la psicología y del psicoanálisis, la antropología, la sociología, los sectores de la salud y la economía, el trabajo social y el derecho. Múltiples saberes se asocian y comparten la generación del conocimiento sobre resiliencia y se nutren en la aplicación práctica de proyectos sostenibles.
Podemos mencionar tres grandes corrientes: LA NORTEAMERICANA, esencialmente conductista, pragmática y centrada en lo individual; LA EUROPEA con mayores enfoques psicoanalíticos y una perspectiva ética y LA LATINOAMERICANA más enfocada en lo social como respuesta lógica a los problemas de contexto.
Podemos afirmar también que la expansión conceptual y aplicativa ha pasado de su interés inicial en la infancia hacia otras etapas del ciclo de la vida y hacia problemas específicos de reciente emergencia y mayor prevalencia.
Pensar en la Resiliencia cambia el eje sobre el cual estamos habituados a pensar los temas de salud y sus soluciones. El camino a transitar es el de ocuparse tanto de las víctimas de los factores de riesgo como así también el de investigar y conocer a aquellos que tuvieron éxito frente a la adversidad y salieron fortalecidos como personas de ella.
Daniel Rodríguez dice «la resiliencia es un concepto fácil de entender pero difícil de definir, e imposible de ser medido o calculado exhaustivamente”.
Pensar la resiliencia es justamente subvertir la idea de causalidad que gobierna el pensamiento médico positivista y algunas concepciones de la salud. Este concepto introduce el azar, lo aleatorio, altera la idea de relaciones necesarias entre los fenómenos de la vida. Introducir el azar es a la vez introducir al sujeto capaz de valoraciones, de crear sentidos a su vida, de producir nuevas significaciones en relación con los acontecimientos de su existencia.
La capacidad resiliente como fenómeno subjetivo no consiste en un sujeto que posee esa capacidad previamente y que por ello se encontraría preparado para atravesar las adversidades de la vida. Son estas mismas circunstancias, que consideramos adversas para el común de los sujetos, las que producen en él condiciones subjetivas creadoras, que enriquecen sus posibilidades prácticas de actuar sobre la realidad en la cual vive, y transformarla o transformarse. Esto es, capacidad de una actividad racional y crítica sobre sus condiciones de existencia, que a la vez producen sobre él nuevas posiciones y posibilidades subjetivas.
Resiliente es quién no se resigna a reproducir las condiciones existentes; su ambición crea el imaginario de un cambio posible y esto ya lo cambia a él como individuo a la vez que impacta sobre el grupo inmediato y señala los comportamientos prácticos para enfrentar la adversidad y sus imposiciones. El sujeto resiliente no es un adaptado y menos aún un desadaptado, es un sujeto crítico de su situación existencial, capaz de apropiarse de los valores y significados de su cultura que mejor sirvan a la realización de su propio deseo.
Si sólo pensamos la adversidad o el riesgo como la causa de fines desastrosos, no podremos advertir que no es algo totalmente exterior al sujeto de la experiencia, sino acontecimiento en el cual el sujeto se moldea y se cultiva o fracasa y se enferma. Y este desenlace no es fatalidad, depende de las respuestas de cada sujeto y de sus circunstancias. ESTE ES el optimismo respecto a la adversidad, somos sujetos de la adversidad, por lo tanto es nuestra responsabilidad actuar sobre ella.
Cómo? intervenir para propiciar esa posición subjetiva activa que aporte al cultivo de lo propio…… Hay al menos una condición que Cándido nos relata: «en todas las peripecias sufridas encontró siempre un amigo con quién atravesarlas”
Este lazo social mínimo generó condiciones para que cada adversidad se constituyera como acontecimiento y no sólo como un mal a sufrir pasivamente y en soledad.
Susana Kuras y Silvia Reznisky se refieren al AT como «Alguien para un otro”, es decir, la presencia estable de un otro significativo da lugar a que nuevas operaciones se pongan en marcha.
El presente trabajo articulará el concepto Resiliencia con el Acompañamiento Terapéutico.