El acompañante terapéutico y la importancia de la familia

Autora: Sandra B. Sarbia

E mail:  informes@at-lazos.com.ar

…Al momento de incluirnos en un AT, uno de los escenarios posibles es la entrada en el medio familiar para lo cual nos interesa interrogarnos acerca del lugar que ocupa la familia en la vida de una persona.

Hay múltiples abordajes para pensar en la familia, el Psicoanálisis recorrió la idea desde la óptica del sujeto en relación a sus otros de importancia que participaron en su constitución subjetiva. La trama edípica fue el centro desde el cual S. Freud hace sus desarrollos en torno al tema, considerando al sujeto y sus enlaces a esos otros que aportaron al momento de lo subjetivante. Puntualmente la relación del niño con sus padres y adultos de crianza.

Podemos pensar que hay dos maneras principales en las cuales la familia es fundamental en la constitución del niño haciéndolo sujeto de lenguaje y habilitándolo para rodar por los carriles de lo humano.

Por un lado, teniendo en cuenta la absoluta indefensión con que viene el niño al mundo, la familia participa en la asistencia de las primeras necesidades. La alimentación, la higiene, el abrigo, el sostén inicial serán cuestiones de las que se hará cargo un otro capaz de satisfacer algo de esas primeras necesidades por un largo tiempo y hasta que el niño pueda arreglárselas por sí solo. Pasarán varios años antes de que esto sea posible.

A satisfacer esas necesidades llega el otro con todo su caudal significante, mientras lo alimenta, lo higieniza y lo abriga le habla con particulares palabras. Intenta interpretar cuál es su necesidad y aportar algo en un intento de acierto. De ese modo atraviesa su cuerpo con palabras haciéndolo entrar en el terreno del lenguaje y subvirtiendo las necesidades mientras las nombra. El hambre del humano ya no será de cualquier cosa sino de palabras y su ingreso a un mundo hablado, lo constituirá un ser de lenguaje. De ahora en más, necesitará palabras para nombrar las necesidades y así éstas, quedan subvertidas al lenguaje mismo.

A partir de este ingreso en el mundo significante se abre la importancia de los aportes que hace la familia en la constitución subjetiva del niño.

Podemos pensar que la familia es proveedora de identificaciones con las que la persona andará por la vida;  asiste al desarrollo subjetivo del niño;  transmite los diques anímicos que S. Freud ubicó como fundadores de la cultura: el asco, la moral, la vergüenza; hace llegar así un bagaje cultural, social y familiar; es proveedora de un caudal de afecto con que abrazará dando lugar a las corrientes de amor y de odio; otorga una trama de significaciones donde el niño podrá alojarse.

Abraza al niño depositando en él cuotas de deseo o cantidades de rechazo como espacio donde podrá alojarse de mejor o de peor manera y esto será muy importante en su vida. Cuanto mejor sea el lugar que le espera, habrá mejores posibilidades que el niño pueda venir a ocupar esos lugares situándose como sujeto de deseo.

Según D. Winnicott la familia continúa una acción iniciada por la madre camino a la independencia. Es puente entre lo primario (los primeros vínculos) y lo social (el afuera), así transmite las posibilidades de exogamia. Esto es muy importante porque de esto dependerá la salida que el niño encuentre en la vida, preparándose para el encuentro con el afuera. Así, es una mano que conduce de la endogamia a la exogamia.

Para este autor la familia además, proporciona un molde dado por las primeras relaciones con el medio familiar, con que el niño andará luego por la vida. Molde  y de alguna manera modelo de relación que lo enlazará a los otros con que se vincule proporcionando formas de relación.

Retomando la asistencia de las primeras necesidades, J. Lacan ubica que hay funciones que actúan en la vida del sujeto teniendo operatividad. Funciones que podrán ser ejercidas por un hombre o una mujer, por un padre o una madre, que son operativas en sí mismas. Y funciones que por ser ejercidas por seres humanos, ingresan siempre de manera fallida cuando no ausentes (en el peor de los casos y dando lugar a severas patologías).

Así, señala que la función materna será la encargada de la asistencia de las primeras necesidades (alimentación, higiene, abrigo, sostén); de transmitir el lenguaje según el particular código materno con que le hable a su niño y de transmitir en esa batería significante uno esencial: el significante del nombre del padre (significante de corte que permitirá vérselas en las situaciones donde se haga necesario un corte). Este corte es importante porque es el que le permite al niño la separación de su madre y esta posibilidad está en la madre misma cuando desea otra cosa además del niño.

Y señala que la función paterna se valdrá de ese significante para operar de corte y funcionará en todas las situaciones de separación en que será necesario un límite a lo largo de la vida. Es una función esencialmente de corte, interviene separando a la madre del hijo y posibilitando así una salida de la díada madre-hijo.

Junio de 2020