Un enfoque pedagógico como aporte al Acompañamiento Terapéutico de las personas ciegas y disminuidas visuales

Autora: Prof. Teresa Altieri

Abstract:
Cuando nos relacionamos con personas ciegas, sentimos que los códigos de comunicación conocidos no nos alcanzan, estamos acostumbrados a la retroalimentación de la mirada.

El AT necesita conocer las limitaciones que impone la ceguera y cómo la persona ciega construye su mundo a través del uso efectivo de los otros sentidos: oído, tacto, olfato, gusto, propioceptivo y kinestésico.

Es imposible que una persona ciega pueda comprender una experiencia visual tanto como para un vidente saber qué significa ser ciego total. Por ello el esfuerzo debe estar puesto en la comunicación, en la utilización de los otros sentidos y en la técnica de enseñanza.

Cuando el AT deba enseñar actividades no conocidas por la persona ciega, debe recurrir al «Enfoque educativo basado en el movimiento” de Jan van Dijk, el mismo establece que el aprender haciendo sirve para compensar la disminución de la entrada de estímulos visuales y auditivos.

El hacer juntos, es trabajar cuerpo a cuerpo, es trabajar en resonancia con el otro, lo que yo hago repercute en él y lo que el otro hace tiene que resonar en mí, para poder comprender qué precisa y cómo lo necesita.

Saber cómo ve una persona con baja visión, le posibilita al AT una intervención más eficiente, pues al tener en cuenta los factores que la benefician, no sólo optimizará su funcionamiento visual, sino que mejorará su rendimiento general.

La preocupación del AT por conocer las capacidades de sus pacientes hace la diferencia, generalmente las limitaciones están a «la vista”, pero cuando no podemos ver las posibilidades ¿quién es el que no puede ver?