Ayudar a pensar


Autora: Mónica Romero
E mail: monikagri@hotmail.co

…La siguiente es una presentación clínica expuesta en el 5° encuentro de Ats.Ciclo 2014, el 24 de enero de 2015, cierre anual, en la Asociación Civil At Lazos.

Buenos Días, soy Mónica Romero, Acompañante Terapéutico, quiero contarles que comencé el curso de AT en At Lazos en agosto de 2013, finalizándolo en julio de 2014 cursando los días miércoles a las 19 hs., el mismo cuenta con tres espacios, uno teórico, uno práctico y otro de supervisión, el teórico nos da herramientas para hacer una lectura de lo que le pasa al paciente (período que abarcó desde Agosto de 2013 hasta enero 2014), el 2do. es para poner en práctica el trabajo que vamos a hacer con el paciente de acuerdo a las indicaciones que recibimos, éste abarcó desde marzo a julio y en simultáneo en este mismo período, es el espacio de supervisión,  que nos servirá para aclarar el trabajo que estamos haciendo, bajo la mirada del profesional, como es supervisión grupal me sirvió en mi caso para conocer (a través del relato de mis compañeros) a otros pacientes con distintas patologías y el trabajo de cada uno de mis compañeros de grupo. 

Ahora paso a contarles sobre mi pasantía, entre casi una veintena de instituciones a las que podíamos concurrir a hacer la pasantía, elegí la Institución Geriátrica Amábilis, residencia para mayores ubicada en el barrio de Saavedra, la misma cuenta con alrededor de 40 pacientes, donde si bien hay algunos pacientes postrados, la mayoría se movilizaba por sus propios medios, algunos con andadores y otros con bastones. El lugar cuenta con un parque pequeño, un hall donde miraban TV y un comedor amplio donde pasaban una gran parte del día.

El primer día que concurro a la Institución tomo contacto con mi tutora la Lic. Ruth Ferrarese que me asigna a Esther, paciente de 89 años, ex. Docente, viuda con 6 hijos,  uno fallecido hace muy poco. La indicación que tengo para trabajar es que hace poco más de un mes que está internada y no se  adapta por lo tanto debo trabajar mucho en la adaptación a la Institución además tiene  problemas de memoria cognitiva, inmediatamente tomo contacto con la HC de la paciente.

Historia Clínica: diagnóstico  HTA. Deterioro cognitivo e  hipotiroidismo.

Paciente compensada, se siente muy sola y deprimida, toma medicación para tiroides, corazón, antidepresivo, para la presión arterial, ansiolítico, medicación para dormir y para síntomas de Alzheimer.

Me presentan a Esther, está sentada en un rincón y mi primera impresión me recuerda a un “pollito mojado” le propongo caminar hasta el jardín para charlar y conocernos, enseguida me cuenta que su esposo falleció hace 2 años,  que se sentía sola y triste porque sus hijos le habían levantado su casa y ya no tenía sus cosas, que tenía 8 hijos (esto lo confunde un poco por la cantidad de hermanos que tuvo) y que se quería ir de allí a una Institución geriátrica en la que estaba su hermana,  que le preocupaba mucho su falta de memoria. Le cuento que mi intención era ayudarla con ejercicios de memoria cognitiva y ver qué necesidades tenía para ayudarla a encontrar las soluciones para una estadía confortable, se alegra y muestra interés en el trabajo que propongo, me cuenta luego de casi una hora que también tiene un hijo fallecido pero no recuerda cuanto tiempo hace ni de qué falleció, parece un tema del que no quiere hablar porque enseguida cambia de tema, le pregunto qué cosas le gustaría tener con ella, le propongo hacer una lista y pone:  fotos, fotos de los casamientos de sus hijos, un álbum que sus hijos le habían hecho a su esposo, un celular (para poder hablar con sus hijos en cualquier momento ), su libreta de casamiento porque ahí está asentado el nacimiento de sus hijos (esto es porque le pregunté las edades de sus hijos y no lo recordaba) y también en la lista pone “que mis hijos se ocupen de mí que ahora los necesito”. Le pido que cuando venga alguno de sus hijos le muestre la lista porque tenemos que comenzar la operación “rescate de sus cosas”. Quedamos con Esther que nos veríamos 2 veces por semana (lunes y viernes de 10:30 a 12hs).  En el próximo encuentro Esther está muy contenta porque sus hijos se turnaban para sacarla a pasear y comprarle cosas e incluso llevarla a la peluquería, me dice que había venido su hijo Alejandro, había visto la lista y a partir de allí sus hijos empezaron a venir y la colmaron de afecto, me agradece mucho todo lo que hice x ella a lo que respondo: siempre hay que pedir lo que uno necesita porque el otro no sabe que necesitamos y si no pedimos, el otro piensa que está todo bien y no siempre es así, además lo puso por escrito y que esto también es importante para el que lo lee. En unos de los encuentros me muestra que sus hijos le trajeron fotos de todos ellos, también de todos juntos con Esther y su marido y además unos de sus hijos le trajo un celular, que si bien era sencillo y habíamos anotado qué teclas tocar para usarlo no lo podía hacer sola. Esto derivó que ante la imposibilidad de usarlo el mismo hijo le instaló un teléfono fijo en la habitación que Esther usó frecuentemente, como así también recibía llamadas de sus hijos.

En los encuentros siempre trabajábamos en un cuaderno con ejercicios cognitivos, algunos de ellos eran la lectura, yo le llevaba poesías, avisos publicitarios viejos que se escuchaban frecuentemente en la radio en otra época y que ella recordaba, otro ej. era  leer una nota del diario y luego de leerla varias veces le pedía que hiciera un resumen de lo leído, otra vez le lleve una sopa de letras (pero con eso no se enganchó) o le pedía que escribiera una lista con nombres de calles o con especies de animales, muchas  veces llevaba un libro de cuentos cortos que ella leía y luego hablábamos de lo que nos quería contar el cuento. En  fin, a Esther le hacía mucho bien, le explicaba la importancia de hacer trabajar el cerebro, de mantenerlo activo porque es como un músculo sino lo ejercitamos, cuando queremos usarlo no responde. Por eso cuando terminaba y comprobaba que lo podía hacer se alegraba mucho y yo notaba que en la medida que podía trabajar y lograr cosas se sentía más a gusto con todos, le daba más seguridad. También trabajé mucho el tema del bastón (porque lo olvidaba) me costó varios  encuentros que incorporara el bastón y para esto le mostraba como caminaba (que lo hacía torcida) el bastón le ayudaba a caminar más derecha y al hacerle notar la diferencia, entendía que lo necesitaba, más allá de lo estético. En uno de los encuentros Esther esta contrariada porque le lavaron la cabeza, el hijo la había llevado a la peluquería hacía 2 días y le arruinaron el peinado, pero también refiere que la forma en que la bañan es brusca, que le tiraron agua en la cabeza con una jarra, a pesar de que ella pedía que no lo hagan, como describía la escena parecía un poco violenta. Le digo que se quede tranquila que voy a trabajar sobre eso, me comunico con la Lic. Ruth  y le explico lo que refiere Esther. Este tema dura varios encuentros porque Esther no se quiere bañar o mejor dicho se quiere bañar sola y esto implica un riesgo porque si se cae en el baño, se puede lastimar y mucho, finalmente conseguimos que no le laven la cabeza, que la lleven a la peluquería 1 vez por semana y sea allí donde se la laven, y que sólo la bañen sin tocarle la cabeza, esto parece solucionar un poco las cosas. En un encuentro en el que vamos a la habitación a buscar el bastón porque lo había olvidado, me quedo esperándola en la puerta (sin entrar) a la habitación Y escucho que su compañera de cuarto y su asistente tratar muy mal a Esther,  dejándole un lugar muy pequeño para que pueda entrar a la habitación (su compañera usaba silla de ruedas y ésta obstruía la puerta) intervengo para que por favor la asistente corra la silla y lo hace de mala manera, además escucho que le preguntan a Esther sobre una toalla que se había perdido y le dicen si no estaba en su placard a lo que Esther responde que ella no tocó nada ni la vio y que por favor no le toquen ni revisen sus cosas que ella no tenía nada (era una situación fea para Esther). Otro día que subo a buscar a Esther, escucho que están discutiendo y que su compañera le hablaba gritándole, rescato a Esther y nos vamos a trabajar, está muy nerviosa,  temblando y con pinchazos en la cabeza,  trato de tranquilizarla y le digo que voy a hablar con la Lic. Ruth  para ver como podemos solucionar este problema; esto es un viernes (iba 2 veces por semana, lunes y viernes) el lunes cuando llego encuentro a Esther en el hall de entrada con la Lic. Ruth, con un gran hematoma  en su cara, con un corte en la nariz, el fin de semana se había caído cuando se levantó para ir al baño llevándose la silla de ruedas por delante, pues su compañera tenía la costumbre de dejar la silla en el medio de la habitación (ocupaba toda la habitación) y Esther estuvo internada, había perdido mucha sangre. En ese momento con la Lic Ruth creímos conveniente ver la posibilidad de que cambiaran a Esther de habitación lo que luego de 2 semanas se consiguió. Esther estaba contenta y un poco triste porque le recordó como “le habían levantado su casa” pero creo que era más lo contenta que lo triste porque me invitó a pasar a su habitación, (era la  1ra. Vez que lo hacía) le hizo bien el cambio, pero curiosamente a Esther la cambian un sábado y  su compañera del viejo cuarto tiene un ACV el martes siguiente, esto fue algo que no me comenta Esther, aunque creo que nadie se lo dijo y yo tampoco lo hice. Con estos cambios Esther estaba mejor a medida se sucedían los encuentros, nuestro miedo era que retrocediera ya que estaba mucho más integrada a la institución, hablaba con las demás compañeras y siempre se mostraba colaboradora con todos, se sentía más a gusto, aunque siempre decía que estaba esperando que surgiera un lugar en la institución donde estaba su hermana, a lo que yo le respondía que mientras tanto teníamos que tratar que este tránsito sea lo más agradable posible, sus hijos se ocupaban bastante de Esther y estábamos en contacto permanente.

En uno de los encuentros  llevo para leer el libro de cuentos cortos,  leemos 2 cuentos a los que luego analizamos un poco, a Esther le gustan mucho. El 2do cuento no sé qué le dispara que me empieza a hablar de su hijo fallecido, me dice que fue muy buena persona y muy querido por todos y que ella lo extrañaba mucho, que es  algo a lo que no se puede  acostumbrar, habla un buen rato de su hijo, no es sólo en este encuentro que habla sobre su hijo, en otros futuros encuentros también pero creo que cada vez si bien se emociona cuando habla de él, puede hablar de su hijo desde otro lugar, recordándolo,  y le hace bien. Siempre al terminar un encuentro me decía “hablar con vos me abre la cabeza, me ayuda a pensar” 

Mi pasantía se iba terminando y hablamos con su hijo sobre la posibilidad de continuar,  arreglamos en ir una vez por semana, a Esther le alegró mucho saber que no se terminaba el acompañamiento.

Continué yendo 2 meses más en lo que nos enfocamos en trabajar mucho la memoria con distintos ejercicios a los que responde muy bien tanto es así que un día sin darme cuenta le propongo un ejercicio que ya lo había hecho y me dice muy sería: pero esto ya lo hicimos!! A lo que le respondo: muy bien Esther, esto funciona!!!  Nos reímos mucho las dos!!!

Después de estos dos meses un día me llama el hijo y me dice que no vaya (yo debía ir al día siguiente) porque  surgió una vacante en la institución donde estaba la hermana de Esther y que al día siguiente la iban a mudar, por supuesto me alegré mucho por Esther pero me quedó pendiente el  no poder despedirme o hacer el cierre del  acompañamiento con Esther, ya que no creía que pudiera seguir  1ro.  porque  me quedaba lejos (Olivos) y 2do. porque  Esther, en esa Institución, seguro no me iba a necesitar porque tenía a su hermana, y era eso lo que ella quería, aunque creo que lo necesitaba para seguir trabajando lo cognitivo que tanto bien le hacía, la verdad creo que si llamaba a su hijo para pasar un día a visitar a Esther seguro que no tenía problema pero bueno  todavía no lo hice, todavía lo puedo hacer!!  Fue una muy buena experiencia, me sentí muy cómoda con mi paciente y con la familia pues eran gente muy correcta.

At.: Mónica Romero, Enero de 2015

Acerca del AT de Mónica Romero: 

Quiero rescatar el interés y la escucha atenta con que Mónica se presenta con esta paciente que presenta un deterioro cognitivo importante de 4 años de evolución (fallas de la memoria, desorientación temporal) nerviosismo e inquietud en algunas situaciones. Entiendo que este interés funciona como un deseo que motoriza para la obtención de los logros que se sucederán a lo largo del tiempo del AT.

Respecto de las fallas de la memoria, si bien podemos rastrear que podrían obedecer al deterioro cognitivo producido y esto tener alguna raíz orgánica, no podemos desconocer que se posan sobre sucesos que son muy penosos para Esther: un hijo fallecido hace poco tiempo del que no recuerda cuándo ni de qué fallece, el nombre de sus hijos que no se ocupan de ella ahora que los necesita. Hay cosas que mejor no recordarlas porque desprenderían una cantidad de tristeza importante que tal vez la persona que olvida no estaría preparada para contener y tramitar. 

Por otro lado, no siempre las personas que llevan a un familiar a una internación geriátrica pueden darse cuenta de la cantidad de cosas que el adulto pierde a este ingreso, es así que no reparan en las cosas que quedan perdidas junto a fragmentos de la historia. Estos hijos no parecen reparar en estos objetos que Esther quisiera conservar consigo.

A partir del trabajo que hace la At. se inicia una suerte de “operación rescate de sus cosas” que le permitirá un lazo con lo dejado atrás para poder avanzar hacia adelante con el proceso de adaptación que necesita procesar. A partir de este rescate aparecen los nombres de sus hijos que se ocuparon de traerle algunos de sus objetos queridos. Ella pide una valija, ¿para guardar las cosas que quisiera tener con ella? Un celular para comunicarse con sus hijos que forman parte de su historia pasada.

Algunas cosas aparecen, no todas las ansiadas.

Le sigue a esto el trabajo con algunas escenas que le complicaron la inserción en su estadía en la residencia desde el comienzo. Escenas que representan una rutina no elegida por ella pero con las que debe vérselas y de algún modo aceptar. Acerca del bañado y las formas de trato que a veces hacen pensar en un mal trato o des trato directamente por parte de las cuidadoras de la residencia. Un trato igual para todos donde todos son diferentes y tienen necesidades diferentes. Podemos pensar que para Esther su cabello ¿podría ser un rasgo que hace a su femineidad?  ahora trastocada por las costumbres del geriátrico sin ningún reparo por parte de quien debe llevar a cabo las tareas de higiene.  Y su negativa a bañarse como la respuesta frente a semejante intromisión.

El trabajo que acá hace Mónica incluye las reglas de la institución “hay que bañarse” pero atendiendo a la singularidad de la paciente “la cabeza en la peluquería”. Lo que se llama “un buen trato”

Acerca de su relación con la compañera de habitación las cosas parecen más complicadas, ella no puede apropiarse de su lugar (prender la luz, usar su bastón) y es aquí donde se produce su caída que la deja lastimada. Desde aquí la mudanza propiciada por la At. en función de lo que no parecía posible de ser realizado por Esther. Y otra vez “mudada”, lo que le recuerda la situación inicial donde sus cosas son llevadas por el otro de un lado a otro. Situación de desamparo que la encuentra sin poder plantarse y decir: de acá no me sacan, por lo mismo por lo que entró o más bien fue traída al geriátrico por sus hijos. 

Frente a las situaciones con las que no puede, aparecen los pinchazos en la cabeza, en la nuca, la agitación por lo que no parece poder resolver por otras vías.

Sin embargo parece que estar acompañada le permite pensar algunas cosas, es así que le dice a su At: “Hablar con vos me abre la cabeza, me ayuda a pensar…” y vemos mejorar su letra. Con todo lo que tiene la palabra de letra.

Y, de la atención puesta sobre ella nos puede decir atentamente: “pero esto ya lo hicimos!!”

Supervisora: Sandra B. Sarbia, Enero de 2015